El pasado 22 de febrero de 2019, tuvo lugar en el IX Congreso de Instituciones Arbitrales en el Colegio de Abogados de Madrid.
Los objetivos de este congreso fueron dos principalmente: promocionar el arbitraje en España y analizar la práctica del arbitraje institucional y, en segundo lugar, destacar los problemas que sostiene el arbitraje y buscar vías de solución.
La principal característica de esta edición fue el tema con respecto a una competencia leal eficaz entre instituciones arbitrales. Haciendo especial énfasis en 4 aspectos relevantes:
- Las cuestiones con respecto al funcionamiento de las instituciones de arbitraje
- Las posibilidades de desarrollo normal del arbitraje con otros mecanismos de arreglo
- Los problemas derivados de las relaciones jueces árbitros
- Consideraciones respecto a una reforma de la normativa española para reforzar la dimensión interna del arbitraje y el papel que desempeñan las instituciones administradoras
Para el debate de estas cuestiones, se establecieron cuatro mesas redondas en las que participaron profesionales de prestigio en los temas en cuestión. El propósito de estas cuatro tablas ha sido el de esclarecer el actual panorama del arbitraje en España después de cuarenta años de singladura, dando un impulso a las instituciones más sólidas y experimentadas, como paradigma de neutralidad y reforzando su tarea al servicio de la sociedad, poniendo al efecto a disposición de los ciudadanos valores de imparcialidad, profesionalidad y eficacia en la gestión de las controversias con total transparencia y ausencia de conflictos de intereses.
Primera mesa: «Retos del arbitraje institucional en España»
Esta mesa fue moderada por Begoña Castro y se realizó un debate sobre las cuestiones concernientes al arbitraje institucional en España.
En este debate se puso de relieve que el prestigio del arbitraje deriva de 4 aspectos fundamentales:
- La experiencia e imparcialidad de los árbitros de la lista
- El carácter operativo de su Reglamento
- La calidad de sus laudos
- Capacidad de las secretarías
Estos cuatro factores son los que permiten que cada vez más empresas y abogados ofrezcan el arbitraje como herramienta de solución de conflictos.
Cabe destacar que se hicieron numerosas referencias a la necesidad de considerar la conveniencia de publicitar y dar mayor transparencia a las actividades de las instituciones de arbitraje.
Julio de Miquel, presidente del Tribunal Arbitral de Barcelona propuso la creación de una Federación de instituciones arbitrales. Con el objetivo de promover el arbitraje institucional y otorgarle un papel eficaz en la solución de las controversias.
Fotografía: Julio de Miquel, presidente del TAB
Segunda mesa: «Arbitraje y otros procedimientos de arreglo»
Durante esta segunda mesa, se manifestó la necesidad y utilidad de prestar atención a las posibilidades que ofrecen el empleo con carácter complementario y de apoyo al arbitraje de ciertos dispositivos de arreglo de controversias, incluidos aquellos que, con carácter previo a la sustanciación de las actuaciones arbitrales, promuevan un acercamiento de posiciones o propuesta de soluciones sin la necesaria función resolutoria inherente a estas últimas.
Tercera mesa: «Relaciones entre jueces y árbitros»
En esta mesa se trataron temas referentes a cuestiones que a veces suscitan las referidas relaciones (formalización judicial, ámbito de la declinatoria arbitral, reenvío del laudo al tribunal arbitral por el juez de control para su revisión, la anulación del laudo , las posibilidades de la eventual renuncia a la acción de anulación ex ante y ex post del procedimiento de control y las cuestiones relativas a la ejecución del laudo arbitral.
Cuarta tabla: «¿Lo bueno para el arbitraje internacional es bueno para el arbitraje interno?»
Esta última mesa se centró en torno a las ventajas e inconvenientes de una
regulación unitaria comprensiva del arbitraje interno y del arbitraje internacional.
Las modalidades de arbitraje interno e internacional no coinciden en todos los casos. La regulación del arbitraje comercial internacional cuenta con una amplia tradición en una serie de prácticas universalmente aceptadas; desde la perspectiva española, es la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional. La principal característica de la misma ha sido la desvinculación del arbitraje de los poderes estatales garantizado la independencia de las partes frente a la tradicional actuación de las jurisdicciones estatales.
Ante las relaciones civiles de carácter transfronterizo, que se decantan por soluciones de carácter jurisdiccional, con los consiguientes problemas de delimitación de la competencia judicial internacional, la ocupación del arbitraje en el ámbito mercantil ha dado como resultado una reducción muy apreciable de estos problemas.
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